Nanimarquina cumple 25 años. Esta marca (porque no es sólo una empresa, es una marca en sentido completo) que diseña, produce, comunica y distribuye alfombras lleva el nombre de su creadora, Nani Marquina, hija del diseñador industrial Rafael Marquina, que hace un cuarto de siglo decidió unir diseño y artesanía y los transformó en alfombras.

Lo que hace grande a nanimarquina es su filosofía y su entendimiento del diseño como eje principal en todos sus procesos. Su gran paso hacia lo que es hoy fue en la crisis de los 80, durante estos años los fabricantes españoles tenían problemas de producción y el diseño se veía muy limitado a los procesos mecánicos, así que hicieron su primer viaje a la India, donde conocieron otras muchas técnicas de producción artesanales. La India les permitía bajar los costes, aumentar la calidad del producto y tener mayor libertad a la hora de diseñar. Esa conexión con la artesanía les permitió investigar y descubrir nuevas técnicas que van aplicando a sus diseños consiguiendo así resultados sorprendentes y de gran calidad. La innovación y el diseño les permitió salir de aquella crisis.

Hoy en día exportan el 80% de su producción. Aunque en un principio el diseño es algo interno, actualmente colaboran en ocasiones con diseñadores de renombre internacional como Tord Boontje, Ron Arad o Ronan Bouroullec, además de jóvenes diseñadores, lo que les proporciona un enriquecimiento mutuo. Para nanimarquina la comunicación de producto es esencial, intentan cambiar el concepto cada temporada pero siempre transmitiendo los valores de la marca: tradición, diseño y calidad.

Su última colección es Chillida, una colección de 7 alfombras donde se pasan al suelo 7 dibujos del escultor. Según dice Nani “han tenido que pasar 25 años para que me atreviera a unir el arte con el diseño y sentirme orgullosa con el restultado”. Y es para estarlo.

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