Campañas en redes sociales… piénsalo dos veces antes de liarla parda
Antes de lanzar cualquier campaña en redes sociales habría que preguntarse ¿mi marca tiene buena reputación? ¿hay algo evidente que se pueda volver en nuestra contra? Antes de empujar la bola de nieve desde lo alto de la montaña hay que meditarlo bien porque una vez que esta empieza a bajar ya no hay quien la pare.
Ejemplos hay muchos, la última “liadita socialmedia” como la mítica sección de Sergio Gabaldón en el OFN Podcast, la ha protagonizado el actor norteamericano Bill Cosby.
Al bueno de Bill, al que siguen unos 3,93 millones de personas en Twitter, se le ocurrió que estaría bien empezar la semana colgando una foto suya con el texto «Go ahead. Meme me!» (traducción libre: «Adelante, memeadme«).
En el tuit se incluía el hasthag #CosbyMeme y para facilitar el trabajo a sus seguidores un enlace a una página para crear memes con 12 fotos suyas en distintas actitudes.
Por supuesto que Bill Cosby tiene cosas más interesantes que hacer que estar un lunes preparando 12 fotos suyas en una página para generar memes y dedicarse a lanzar campañas en Twitter, para eso está su equipo de asesores especialistas, para liarla parda.
Hace aproximadamente 10 años, varias mujeres acusaron a Cosby de una serie de abusos sexuales que habrían tenido lugar en la década de 1970. Aunque nunca fue juzgado la sombra de esas acusaciones siempre le ha acompañado. Para colmo hace unos días el comediante norteamericano Hannibal Buress reavivó la polémica al hacer un chiste sobre ese asunto.
Y pasó lo que tenía que pasar, rápidamente el ‘hashtag’ #CosbyMeme se llenó de fotos de Cosby acompañadas de textos como: «Mis dos cosas favoritas son el pudding y violar», «Más de una docena de mujeres me han acusado de violación», «No es violación si eres famoso», o «Ahora que no puedo oír, di ‘no’”, etc…
Cuando se dieron cuenta de lo que estaba pasando ya era tarde, la bola ya bajaba a toda velocidad, imposible de parar. Se les ocurrió quitar el tuit y las fotos de la página de memes… es decir echar un vaso de agua al incendio.
Aunque parece evidente y después de ver lo que ha pasado todos pensamos, «menudos estúpidos, eso a mí no me pasa«, realmente no es tan fácil, así que antes de empujar la bola ¡pensad mucho!
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