Hace unas semanas los usuarios de Twitter notaron un cambio en el diseño del interface, muy sutil pero perceptible, que pretendía unificar la experiencia de usuario que navega desde ordenadores y dispositivos móviles.

Según explicaban en el blog oficial de Twitter:

“Estamos lanzando un renovado Twitter.com donde reflejamos la sensación y la experiencia estética de nuestras aplicaciones para iOS y Android”.

Los cambios eran básicamente en los colores predeterminados, botones, fuentes y poco más; nada de cambios radicales, todo se mantenía en su sitio de siempre.

Quizá el cambio más notorio fue la sustitución de una caja flotante para enviar un nuevo tweet por un panel fijo a la izquierda, donde se incluyen los datos del perfil propio, tweets enviados, seguidores y siguiendo, la foto, etc.

Sorpresa

Hasta ahí bien, nunca está mal renovarse aunque sea poco. Sin embargo hace unos días Matt Petronzio, un editor de Mashable, se llevó una sorpresa al abrir su perfil de Twitter. Todo había cambiado radicalmente, su foto se estaba a la izquierda y era mucho más grande, la cabecera y el timeline habían cambiado; ahora es un mosaico con los tweets más destacados, con más parecido a Facebook o Google+. El contenido visual y multimedia, que ya estaba ganando mucho peso en Twitter, se potencia ahora de forma notoria, por tanto los mensajes van más allá de los consabidos 140 caracteres de texto.

Es cierto que el nuevo look&feel de Twitter tiene un aire a otras redes sociales, como las mencionadas Facebook o Google+, por eso muchos usuarios ya han manifestado su malestar (y eso que el nuevo perfil todavía no está disponible para la mayoría, cosa que ocurrirá gradualmente).

Ya ocurrió cuando Facebook cambió su interfaz; como decimos, las críticas de los usuarios no se han hecho esperar. Una de las que más se repite es que con este nuevo interfaz Twitter traiciona su filosofía inicial de publicar mensajes de cortos y simples de 140 caracteres. Sin duda ese ha sido uno de sus puntos fuertes hasta ahora: los mensajes son claros, rápidos, fáciles de enviar y de visualizar. Habrá que ver si esto se mantiene.

Las redes sociales, por muy buena posición que ocupen, no dejan de estar en manos de los usuarios, y estos cambios radicales pueden resultar positivos, pero también negativos, si no que le pregunten a Facebook que desde que cambió su interfaz radicalmente comenzó lo que parece ser el principio del fin. Los usuarios siempre son los que tienen la última palabra.

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