Desde los años sesenta del siglo pasado se inició en Occidente un culto a la juventud que, a finales de siglo, parecía trasladarse a la infancia. Todos recordamos cómo circulaba la idea de que la solución a todos los problemas del mundo pasaba por la creación de parques temáticos…

Las redes sociales que están cambiando tantas cosas en nuestro tiempo, marcan pautas de comportamiento que sin darnos cuenta absorbemos. En un artículo anterior hablábamos de la esclavitud de la brevedad, referida a Twitter. Ahora, de la mano de un estudio de Track Maven, nos ocuparemos del lenguaje de las marcas en Facebook.

Según el mismo, este lenguaje es el que corresponde a un niño de diez años. El estudio analizó más de millón y medio de posts de casi seis mil páginas. Conclusión: cerca del 70% mostraban un grado de escritura propio de un niño de diez años.

¿Supone esto una vergüenza? No. Desde el punto de vista del Marketing solo cuenta la eficacia y, si bien es característico de niños el abuso de signos de exclamación al final de los posts, parece demostrado que así se consigue, de hecho, casi tres veces más de vinculación que cuando no se utilizan. Los usuarios marcan la pauta.

Otros datos relevantes son que los signos de interrogación son mucho menos rentables: no consiguen elevar la vinculación ni en un 25%. Es decir, los usuarios de Facebook prefieren, de largo, las afirmaciones escandalosas a las preguntas. Los hashtags superan el 50% de la vinculación.

El dato más curioso de todos es que casi el 90% de los posts contiene menos de cuarenta palabras, porque parece demostrado que los que pasan de las ochenta consiguen el doble de vinculación.

Este estudio demuestra, una vez más, que la realidad no coincide casi nunca con la teoría pero, en todo caso, tengamos presente que cada marca se dirige a un tipo diferente de usuario. Las generalizaciones no son rigurosas.

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