Cuando se mencionan las palabras Miles y Jazz, seas aficionado o no al género lo primero que se te viene a la cabeza es la figura de Miles Davis, el genio de la trompeta que revolucionó la música del siglo XX. Sin embargo, hay otro Miles íntimamente asociado al Jazz, se trata de Reid Miles, uno de los diseñadores gráficos con más talento de la industria discográfica que elevó al Olimpo del diseño las carátulas de los discos de Blue Note durante más de una década.

Durante los 11 años (1956 a 1967) que Miles trabajó para Blue Note diseño unas 500 portadas que dieron al sello un estilo diferente que se ha convertido en una referencia en el género. De hecho el estilo Blue Note ha sido y es uno de los más imitados en diversos géneros musicales, hip hop, acid jazz y por supuesto discos de jazz rinden tributo en sus portadas a aquellos diseños de Miles que han marcado tan profundamente la música.

Sus trabajos combinan a la perfección la fotografía, el color y la tipografía de una manera tan novedosa e irrepetible como la música que ilustra, el jazz.

Era un maestro a la hora de aprovechar las posibilidades que las diferentes tipografías le ofrecían. Cogía una buena tipografía y la retorcía, estiraba y revolvía, hasta conseguir plasmar la idea que rondaba en su cabeza. Así consiguió crear unas composiciones únicas que reflejaban a la perfección el alma de la música a la que estaban destinadas a representar. Libertad, elegancia, ritmo…jazz.

Miles trabajó habitualmente en colaboración con el fotógrafo Francis Wolff, uno de los responsables de algunas de las mejores fotografías del mundo del jazz. Uno de los recursos que más le gustaba y que más molestaba al fotógrafo era que no respetaba los encuadres originales y además solía recortar los retratos.

La obra de Reid Miles como el jazz rebosa expresividad y emoción.

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